martes, 30 de diciembre de 2014

Sociedad: 2015 Año Nuevo: Nuevas esperanzas


Sociedad

2015 Año Nuevo: Nuevas esperanzas

Por integrantes del equipo de Redacción

    Cuando hace siete meses atrás iniciamos la publicación de El argentino crítico lo hacíamos con la ilusión de lograr una permanencia del blog en el tiempo, hoy al finalizar este año y de totalizar 72 notas con la presente, recorriendo en cada una de ellas los más diversos temas, nos sentimos ampliamente gratificados al comprobar que hemos recibidos 3.700 visitas desde distintos lugares del mundo.

    Por cierto que el 2014 que finaliza ha sido catalogado como un año turbulento en el mundo, desde las amenazas del Estado Islámico, pasando por la incertidumbre por los efectos del precio del crudo, hasta el avance del populismo en Europa. Pero queremos rescatar la ilusión que nos ha generado en estos últimos días del año el acuerdo logrado en Cuba, luego de más de 50 años durante los cuales los cubanos nunca dejaron de cantar. Chan Chan. Esta foto tomada en La Habana dio la vuelta al mundo significando más que miles de palabras:

 

    Dos banderas juntas. Una señora como representante del pueblo cubano mirando hacia el futuro. Un auto que se congeló en el tiempo (a partir de ahora queremos pensar que ya no lo estará más).

    Inmediatamente apareció en el recuerdo la caída del muro de Berlín, allá por 1989. “Otro ladrillo menos en la pared” pensamos, y nos vino a la cabeza la mítica canción de Pink Floyd. Las imágenes de personas derrumbándolo las relacionamos con este reciente hecho histórico y lo consideramos una consolidación más en el movimiento hacia la paz que el mundo demanda. Ya van quedando pocos restos de esa mole que significó literal y simbólicamente el muro.

    Ya sabemos que el vértigo de los procesos sociales construye nuevos conflictos y amenazas, pero la importancia de cerrar ciclos muy conflictivos que se iniciaron lamentosamente durante el siglo XX nos llena de satisfacción.      

    Volviendo un poco a nuestra redacción más concentrada, menos global y más local, la de este blog pensado para hacer catarsis y dar posibilidades, este año se pudo concretar un proyecto proveniente de febriles mentes hasta convertirse en columnas ya consolidadas.

    Como Ficciones y Poesías, en que las letras invitan a la inspiración, Turismo y medio ambiente, que ayuda a la promoción y educación del desarrollo sostenible, Sociedad y Educación, para involucrarnos más en el camino a una participación activa, las infaltables Cultura, Teatro y las reflexiones realizadas en El montajista, sección de Cine que nos permite encontrarnos con lo más profundo de lo audiovisual: la filosofía de las imágenes. 

    Más allá de las clásicas, el blog ha receptado artículos de diversos autores, de estudiantes universitarios y de periodistas profesionales. Todos conviviendo pacíficamente y consagrando la pluralidad y el respeto por las opiniones diversas, sin etiquetamientos ni categorías absurdas.

    Y además, sin adueñarnos de las secciones, por el contrario, escribiendo en todas, para evitar protagonismos inútiles e inconsistentes e invitando a quienes tienen diversas inquietudes.   

    Nuestra más grande esperanza para el año próximo es seguir recibiendo material y creando más secciones, de tal manera que no quede cerrado ningún paso a las ideas, que como ya sabemos, éstas no mueren ni se matan.
    Por lo expresado, quienes hacemos El argentino crítico queremos nuevamente agradecer el apoyo recibido y el permanente aliciente que significan todas las visitas recibidas. Y para todos los pueblos del mundo deseamos que el nuevo año 2015 sea portador de un mensaje de   PAZ, NUEVAS ESPERANZAS Y EN LIBERTAD

sábado, 27 de diciembre de 2014

Ficciones: Intentos


Ficciones

Intentos

Por Mabel Acevedo

    El aire está verde y perfumado; nuevo insolente y tierno. Se huele la lluvia, un cielo cargado de nubes redondas y grises hace varios días que amenaza llanto.

    ¡Yo no pude olvidarlo! Mire que intenté todas las viejas estrategias: No compartía amigos; no frecuentaba los viejos sitios; tomé distancia.  ¿Sabe? La distancia fue tanta y tan prolongada que si hoy nos cruzáramos en algún lado ya no podríamos reconocernos.

    De cualquier modo me cuido de mirar a los desconocidos a la cara; el alma se queda guardada en los ojos y no hay fuerza capaz de sacarla de allí.

    Tomé especial recaudo de no volver a nombrarlo, su nombre lleva implícito la casa del siglo pasado, los viejos rosales y sus ojos... profundamente bellos. Mi corazón sin trucos agazapado en la garganta. No digo su nombre para que nadie pueda desatar con  un tañido el pasado desbocado y sublime.

    He sido inmensamente feliz fuera de esa historia, no me estanqué en preguntas que tensaran las riendas. Atrás sólo quedó una pared donde apoyarme para tomar impulso.

    Este atardecer, ahora, nuestro café de recuerdos con verdes insolentes y redondos grises; el llavero que se mueve como péndulo en la puerta entreabierta. Huele a lluvia o a llanto pero evoca alegrías y caminos andados.

    ¡No obstante!... Aquel sueño se volvió inolvidable; aquel amor de un beso sin ensayos ni estrenos...
    Fue el amor verdadero... todos los demás fueron intentos.

martes, 23 de diciembre de 2014

Turismo y medio ambiente: Parque Nacional Nahuel Huapi, en Neuquén y Río Negro


Turismo y medio ambiente

Parque Nacional Nahuel Huapi, en Neuquén y Río Negro

Por Nancy Roldán

    La historia de la conservación de la naturaleza está ligada  a los estudios de la biodiversidad. En este sentido los agrupamientos tribales aportaron –y lo siguen haciendo- conocimientos sobre el uso correcto de muchas especies;  y los viajeros que recorrieron el territorio durante los S.XVIII y XIX brindaron detalles de los paisajes originarios, visiones fundamentales para entender el punto de partida histórico de los ambientes antropizados actuales. 

    Fue el célebre naturalista y geógrafo alemán Alexander Von Humbolt (1769-1859) el primero en sentar las bases de protección de la naturaleza de manera integral, y junto a Aimé Bonpland, naturalista, médico y botánico francés, quienes iniciaron un viaje por América sin llegar a territorio pertenecientes en aquel momento al Virreinato del Río de  la Plata (1799). Bonpland años más tarde desembarcaría en Buenos Aires (1817) donde se desempeñaría como médico y se enfocaría en el estudio de la yerba mate (Ilex paraguariensis). Pionero de la conservación, Guillermo Hudson es quien fija por primera vez la postura de la conservación en Argentina. Nacido en 1841, en la estancia “Los Veinticinco”, actual Florencio Varela, consideraba que la extinción  no solo estaba vinculada a la Selección Natural (Helena Curtis la define como el Proceso de interacción entre los organismos y su ambiente que da como resultado una tasa de reproducción diferencial de los diferentes genotipos presentes en la población generando Evolución) como lo explicaba Charles Darwin, sino que además  las acciones adoptadas por los seres humanos pueden causar la extinción de las especies, o de aumentar la tasa  natural con la que ésta ocurre. Por aquellos años se consideraba que los recursos naturales eran infinitos y, por lo tanto no había que conservar, todo se podía hacer sin ningún tipo de restricción. Es en ese momento donde comienza la extracción masiva y desmedida de los recursos naturales, cuyas consecuencias no eran percibidas a causa de su abundancia. Eduardo Ladislao Holmberg, quien fue el primer director del Zoológico de Buenos Aires y fundador de la revista dedicada a las ciencias naturales “El Naturalista Argentino” (1878), dedicó parte de su vida a la enseñanza siendo el primer profesor de Historia Natural (BIOLOGÍA) en la Argentina y sus compendios de flora y fauna constituyen una importante obra de referencia. Sus listados de flora y fauna muestran un naturalista completo que advierte procesos de enrarecimiento de algunas especies y utiliza el Censo para difundir los primeros inventarios de biodiversidad.

    En 1902 el arquitecto y paisajista Francés Carlos Thays, uno de los primeros en ocuparse de la conservación, recomendaba la creación de un parque nacional en las Cataratas del Iguazú, mediante un artículo publicado en la revista “Caras y Caretas”, iniciando en ese momento el relevamiento del mismo, estudio que demoró varios años por la falta de accesibilidad al lugar que únicamente era por vía fluvial.

    En el caso puntual del Parque en cuestión, el Perito Dr. Francisco P. Moreno mediante una Carta Cesión al Ministro de Agricultura, Wenseslao Escalante el 6 de Noviembre de 1903, anuncia “la conveniencia de que la Nación conservara la propiedad (…) de 7500 has como parque público natural”. El perito deja asentado: “Al hacer esta donación emito el deseo de que la fisonomía actual del perímetro que abarca no sea alterada y que no se hagan más obras que aquellas que faciliten comodidades para la vida del visitante culto…”. Cabe recordar que estas tierras habían sido donadas por el Estado Argentino en agradecimiento por su gestión como perito respecto de la divisoria de límites con Chile. Esta donación fue aceptada por Decreto Presidencial el 1° de Febrero de 1904. Dicho decreto dice: “Acéptese la donación del Doctor Moreno y resérvese como Parque Nacional la zona indicada, sin que en ella pueda hacerse concesión alguna a particulares”. La Nación en aquel momento no contaba con un organismo que se encargara de esta gestión, por lo tanto el trámite no fue simple y hubo que esperar tres décadas para que la célula donada (Puerto Blest) más otras hectáreas sumadas por la Nación, se creara  legalmente el Parque Nacional Nahuel Huapi, (de ahora en más denominado P.N. Nahuel Huapi).

    El área donada por el Perito ubicada en el extremo Oeste del Brazo Blest del Lago Nahuel Huapi, se convirtió en el núcleo del primer Parque Nacional de Argentina, declarado en 1922 como “Parque Nacional del Sud”. En 1934 el Congreso de la Nación sancionó la Ley de la creación del P.N. Nahuel Huapi adicionando un territorio mayor. De esta manera Argentina se convierte en el primer país de América del Sur en crear esta figura, y el tercero en el continente, luego de E.U.A (P.N. Yellowstone) y Canadá (P.N. Banff) sentando un precedente legal.

    La creación del P.N. Nahuel Huapi tiene como objetivos principales la conservación de los ecosistemas andinos nor-patagónicos, de las altas cuencas hidrológicas y sitios arqueológicos, la promoción de la investigación, el ofrecimiento de facilidades para la educación ambiental y la recreación en contacto con el entorno natural. El P.N. Nahuel Huapi juntamente con el P.N. Los Arrayanes, ubicado en la península de Quetrihue (Neuquén) constituyen una unidad administrativa de conservación. Ocupa una superficie de 717.261 hectáreas, de las cuales 56.000 corresponden al Lago homónimo. Limita hacia el Oeste con la Cordillera de los Andes siguiendo el límite entre Argentina y Chile; hacia el Este sigue hasta los ríos Ñirihuau, Villegas y Limay; al Sur hasta el rio Manso Inferior y al Norte su dependencia finaliza en el P.N. Lanín. Dentro de la jurisdicción del parque quedaron ubicadas las ciudades de San Carlos de Bariloche, Dina Huapi, Villa La Angostura (Neuquén), Villa Traful y Villa Mascardi.

    El clima es templado frío, con marcada estacionalidad, inviernos húmedos con frecuentes nevadas y temperaturas medias de entre 2° y 4° C. Estación estival seca con temperaturas promedios que oscilan entre los 14° y 16° C. Las precipitaciones que provienen del Océano Pacífico son descargadas rumbo Oeste-Este generando un gradiente que van desde los 4000 mm anuales en Puerto Blest hasta los 600 mm anuales en la zona esteparia generando tres ambientes: alto-andino, bosque valdiviano y estepa patagónica.

    Su flora autóctona está representada por los Alerces, Arrayán, Ciprés, Coihue, Aljabas, Llau-Llau, Amancay, Notro, etc.

    La avi-fauna está compuesta por el Huillin o Lobito del Rio, especie que representa el P.N. Nahuel Huapi, el Huemul, Pudú: aclaración particular de esta especie por su estatus de conservación: amenazada, en peligro crítico por la destrucción de su hábitat natural para el pastoreo y la introducción de exóticas que compiten en el mismo nicho. Además los perros domésticos ejercen un efecto sumamente negativo para las poblaciones de este cérvido, cobrando anualmente muchas víctimas.

    El problema más relevante es la presión ejercida por especies exóticas introducidas, no sólo la flora, sino también la fauna, que se ha iniciado hace varias décadas con el asentamiento de pobladores en territorios que actualmente pertenecen al P.N. Es el caso de la introducción del ciervo colorado, ciervo Dama, jabalí, liebre europea, visón, faisán plateado, codorniz de California, y cuatro especies de salmónidos. Los cérvidos nativos además sufren la amenaza de la caza furtiva, la competencia y las enfermedades particularmente parasitosis, brucelosis y aftosa. Otro de los inconvenientes es la forestación con especies arbóreas destinadas a la producción de madera de uso comercial.

 
 Isla Centinela donde descansan los restos del Perito Moreno (Brazo Blest, Lago Nahuel Huapi)

 
C° Tronador 3554 m.s.n.m. Lago Frías, Divisoria de aguas entre Argentina y Chile

 
Ejemplar de Pudu Pudu

 
Arrayán (Luma apiculata)

sábado, 20 de diciembre de 2014

Ficciones: Moradores inesperados


Ficciones

Moradores inesperados

Por María Guillermina Volonté

Este relato, donde se mezcla realidad con ficción, recibió el 2º. Premio en el “Concurso Literario de Cuentos Breves PEPAM 20 años”, convocado a raíz del 20º Aniversario del Programa de Educación Permanente de Adultos Mayores (PEPAM), dependiente de la UNLP, bajo el tema: experiencias reales o ficticias en el PEPAM.

 

    Viernes, siete y media de la tarde. Los últimos alumnos se están retirando y Hugo espera junto a la puerta para dejar todo en orden y cerrar la antigua casona hasta el próximo lunes bien temprano, cuando se reanude la actividad.

 

    La oscuridad y el silencio reinan donde hasta hace pocos minutos se escuchaban voces amigables, felices, contentas con el resultado del taller o el curso compartido.

    De pronto, una lucecita se enciende en el fondo de la casa, detrás de la puerta de vidrios traslúcidos. Lentos pasos se comienzan a escuchar y unas voces que avanzan por el pasillo nos indican que en el PEPAM, ciertos moradores se desperezan de una inactividad obligada y comienzan a cobrar vida.

 

    El primero en aparecer es Don Remigio Ochoa, hombre de edad indefinida, elegantemente trajeado, aunque a la usanza de los años veinte, pantalón blanco, saco con gruesas rayas azules, chaleco sobre la inmaculada camisa y un moño al tono, calza zapatos combinados en azul y blanco, con polainas blancas. Completa su imagen un prolijo bigote y un monóculo sobre el ojo derecho.

    Avanza sonriente, mascullando en voz baja su alegría por poder disfrutar de la paz de su casa durante el fin de semana, esa casa hoy convertida en espacio educativo.

    Don Remigio, hombre inteligente, dedicado en su época al periodismo como corresponsal de prensa de un prestigioso semanario de la región, que cubría noticias políticas de la Europa de entonces, ahora se deleita con los avances tecnológicos del siglo XXI.

    Por eso se dirige sin vacilar a la otrora habitación de huéspedes, hoy Aula 3, donde lo espera una computadora que aprendió a manejar, sin que la profesora lo percibiera, y que se convirtió en el pasatiempo más agradable y apasionante de los fines de semana. Podrá dedicarse a leer los diarios del mundo sin moverse de su casa y podrá comparar lo sucedido en estos casi cien años transcurridos.

    Mientras, Doña Mercedes Arriaga de Ochoa, despliega su inspiración creativa sobre la tela, en la que fuera su cocina muchos años atrás, hoy convertida en taller de pintura. Sonríe pensando en la sorpresa que se llevará su bisnieto Julián, cuando encuentre ese bucólico paisaje sin firma, ni autor, sobre la mesa del Aula 4, en la que enseña dibujo y pintura.

Mercedes siempre quiso ser una eximia pintora y exponer sus obras al público, pero la época, la rigidez de las costumbres familiares y sus obligaciones como esposa y madre de tres hijos, se lo impidieron. Hoy disfruta del beneficio que los misterios de la eternidad le deparan.

    La joven María Dolores, ataviada a la última moda de “la belle epoque”, con un vestido de un suave estampado color rosa, talle imperio y una falda apenas por encima de sus tobillos, luciendo su rubio cabello con un corte garçon que deja su fresco rostro al descubierto, con ese aire soñador que la caracteriza, sube velozmente la escalera que la lleva a la biblioteca donde la esperan cientos de libros que le fascinan.

    Ha descubierto a Cortázar y su Rayuela que la tiene deslumbrada, así como a un tal José Saramago, que a través de su Claraboya le ha abierto un mundo desconocido para ella y aunque ha escuchado hablar de Jorge Luis Borges, un joven que a su misma edad ya ha escrito en algunas revistas editadas en Buenos Aires, nunca había leído Ficciones. Las Ruinas Circulares le siguen provocando la misma sensación de sumergirse en un mundo tan fantástico como el que ella siempre soñó. Espectadora omnisciente de los martes a la tarde, a través de la profesora Moretti, aprendió a amar la literatura.

    Cuando María Dolores se dispone a interpretar la esencia de los célebres versos de El Golem, repitiendo mentalmente: “En las letras de rosa está la rosa y todo el Nilo en la palabra Nilo”, Juan Francisco, el más pequeño de los Ochoa Arriaga, entra, como una tromba desbocada, en la biblioteca en busca de una película.

    -¡Una película!- no deja de repetir- ¡Qué felicidad es tener el cine en casa y en colores!

    Corre con la película entre sus manos por el pasillo hasta el Aula 1, su antiguo salón-comedor y con un dejo melancólico, recordando el elegante mobiliario de otras épocas, se deja caer en uno de los bancos con pupitre y enciende el equipo para ver la proyección del film elegido.

 

    No se ha perdido ninguna de las clases sobre cine que en distintos cursos se dictan, como “Estilo de autor”, “Lo que el cine nos dejó” y tantos otros, que le permitieron convertirse en el experto de la familia en lo que se refiere al manejo del equipamiento utilizado para poder ver y disfrutar cada uno de los títulos de la filmoteca existente en esa, su antigua casona, con este nuevo ritmo al que ya está habituado.

    En tanto, María del Pilar, rescata de un antiguo cofre en madera tallado, las últimas consignas que Facundo utilizó en su taller de “Creación Literaria” y que quedaron sobre el escritorio del Aula 3. Busca el lugar más tranquilo de la casa para dedicarse a escribir, uno más de los muchos relatos que volverá a guardar celosamente en el cofre tallado. Relatos inéditos que aún no se atrevió a compartir ni con sus hermanos, ni con sus padres y menos aún con el profesor, que a través de esos pequeños impresos le inspira, para volcar en letras, palabras, frases… historias al fin, todos sus sentimientos, escondidos detrás de esa timidez que es su principal característica. ¿Se atreverá alguna vez?

 

    Lunes temprano, ocho de la mañana. El PEPAM lentamente recobra su ritmo habitual. Llegan los secretarios, llegan los profesores, llegan los alumnos.

    Nada extraño se advierte. Todo está en su lugar.

    Sólo Paula se sorprende al prender una de las computadoras y leer en el escritorio de la misma una frase, que no por repetida deja de ser auténtica: LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS…

    Se sonríe, se pregunta cuál de sus alumnos la habrá escrito en la última clase.

    Casi la borra… pero no, algo la detiene…

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Turismo y medio ambiente: Parque Nacional Baritú en Salta


Turismo y medio ambiente

Parque Nacional Baritú en Salta

Por Aldana Fernández

    Los antecedentes de la creación del parque se remontan al año 1971. Ese año un grupo de investigadores y naturalistas del Instituto Miguel Lillo de la Provincia de Tucumán, elaboran un proyecto con la idea de proteger un área de la Provincia de Salta que había logrado mantener sus ambientes naturales intactos a lo largo de 200 años. El proyecto tenía como objetivo la creación del Parque Nacional Lipeo-Baritú. Por estas razones, el gobierno de Salta acepta la propuesta y en marzo de 1974 se crea el Parque Nacional Baritú.

    La Ley 20.656 sancionada el 27 de marzo de 1974 y promulgada el 24 de abril de 1974, por el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, Reunidos en el Congreso, sanciona con fuerza de ley bajo  el  régimen  del  Decreto- Ley  18.594/70,  el  Parque Nacional Baritú, ubicado en el departamento de Santa Victoria, provincia de Salta, sobre la frontera con Bolivia.

    En 1978 se sanciona la Ley 21.860, por la cual se retornan al Estado provincial doscientas hectáreas del Parque.

    Su nombre deriva de las voces quechuas “huario”, que significa población, y “tu” (diminutivo). Así, Baritú significa “población pequeña”.

    Protege una porción de 72.229 hectáreas de la ecoregión denominada “Yunga” o “Selva de Montaña”, la cual es una de las regiones con mayor biodiversidad de la Argentina. Esta región puede dividirse en tres subregiones definidas por la altitud y la humedad disponible: Selva Pedemontana, Selva Montana y Bosque Montano.

    La selva montaña, ubicada por encima de los 500 metros sobre el nivel del mar, es la que predomina en el Parque. Allí puede observase gran variedad de epífitas -plantas que crecen sobre otras sin ser parásitas- que tapizan las ramas o cuelgan como cortinas; mientras que lianas y enredaderas trepan por los troncos de los árboles. El nivel inferior de las Yungas corresponde a la denominada “Selva Pedemontana” representada por árboles de Tipa, Pacará y Cebil, acompañados por el Jacarandá y el Cuchucho. En el sotobosque, musgos y helechos cubren el suelo y las rocas. A partir de los 800 m.s.n.m. comienza el “Bosque Montano”, aquí se destacan el Nogal, el Aliso y el Pino del Cerro.

    Hay diferentes ecotonos o zonas de transición, como por ejemplo, entre la selva de montaña y el bosque montano, la selva de montaña y la selva pedemontana.

    Existe una asociación sin fines de lucro, la Fundación ProYungas, que se encarga de llevar adelante actividades de gestión para la conservación y el desarrollo sustentable en la ecorregión de las Yungas o Selvas Subtropicales de Montaña y de otras áreas del subtrópico argentino. El trabajo de ProYungas se encuentra enmarcado en cuatro áreas complementarias entre sí, en las cuales pretenden alcanzarse los siguientes objetivos:

-        Generación de información y capacitación técnica para orientar y sustentar vocaciones y compromisos profesionales hacia la problemática ecológica de las yungas, para fomentar la investigación para el proceso de toma de decisiones y la implementación de acciones de conservación de los recursos naturales.

-        La conservación de los recursos naturales estableciendo áreas con prioridades de conservación (una de ellas es la Alta Cuenca del Río Bermejo, río que forma el límite del Parque Nacional Baritú en un tramo al noreste), trabajar en la conservación de este ecosistema a lo largo de los Andes, además del diseño y gestión de reservas naturales públicas y privadas.

-        Educar y concientizar a la población en temas relacionados con la conservación de las Selvas de Montaña.

-        El desarrollo sustentable, generando espacios de trabajo de bajo impacto ambiental que vinculen la conservación de la biodiversidad con el desarrollo productivo de comunidades locales (campesinas y aborígenes) de las Selvas de Montaña.

-        La difusión de material gráfico destinado al público en general y al académico.

    Las yungas, son unas de las áreas que requieren más atención en Argentina, esta región se extiende por Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y hasta Bolivia. Ha sido reconocida por Bird Life International como una de las 218 regiones del mundo con mayor endemismo de aves (es decir, aves que son propias y exclusivas de esta región). También es considerada por la Fundación Mundial Vida Silvestre como una de las doscientas regiones del mundo cuya conservación es prioritaria. De acuerdo a estudios, la región ha perdido más del setenta por ciento de su zona boscosa debido a la actividad humana. El Parque Nacional Baritú y toda la región de yungas están sufriendo un proceso de aislamiento geográfico y las poblaciones de animales y plantas silvestres quedan ‘presas’ dentro de los límites no deforestados y no tienen posibilidades de intercambiar genes, como es el caso del Yaguareté, y se sabe, que con la pérdida del hábitat natural de los animales la desaparición es inminente.

    Es muy importante la conservación y protección de las yungas y el Parque Nacional Baritú, por la gran biodiversidad que tienen y además, porque es el habitad del Yaguareté, declarado monumento natural nacional (ley 25.463) y monumento natural provincial en Salta (decreto 1.660), Chaco (ley 4.306) y Misiones (ley 2.589).

    El Yaguareté fue declarado monumento natural de la argentina por la ley 25.463 en el año 2001. La ley fue sancionada el 15 de agosto de 2001 y promulgada el 7 de septiembre del mismo año, pero después de 13 años la misma está sin reglamentar aún.

    En la Argentina quedan sólo 200 ejemplares de Yaguareté, se encuentran en serio peligro de extinción y sigue habiendo problemas de caza furtiva e indiscriminada, deterioro del hábitat, tráfico de fauna, etc., que afecta no sólo al yaguareté, sino a toda la biodiversidad del lugar.

    Otros animales que se encuentran en el parque son el puma, chanchos de monte, el oso hormiguero, el tapir, el carpincho y el zorro. En el recorrido a través de los senderos del Parque es posible avistar ardillas, hurones o monos caí. Los ríos tales como el Lipeo, Pescado y Bermejo son el hábitat de distintas especies de peces autóctonos como sábalos, bogas, bagres y dorados. Las aves de variadas formas y colores habitan los diferentes pisos de vegetación de la selva, encontrándose desde águilas crestadas hasta el minúsculo picaflor enano. Enriquecen esta diversa fauna numerosas especies de insectos, anfibios y ofidios.

    Con el correr del tiempo, si no actuamos contra la extinción de las especies, vamos a tener que resignarnos a ver estos animales solo en nuestros sueños. Cada vez es más el número de animales que corren el riesgo de convertirse en piezas de museo y las áreas naturales protegidas en apenas algo más que zoológicos para animales en extinción.

    Aunque se intenta revertir esta circunstancia con la creación de áreas naturales protegidas, son muchísimas las especies que quedan fuera de los límites de las mismas y al no ser tan conocidas no hay protección oficial para ellas. Es elemental el hecho de conocer cuáles son estas clases, cuántos ejemplares quedan de cada una y dónde se localizan las poblaciones de mayor interés para protegerlas.

    El Parque Nacional Baritú conserva signos de una gran diversidad cultural y posee un valioso patrimonio antropológico y arqueológico vinculado a la denominada cultura San Francisco. Sucesos de significancia como por ejemplo los relacionados al período preincaico e incaico, la conquista y colonización, las guerras de Independencia y del Chaco, la guerrilla del '60 y el desarrollo productivo del “Ramal” jujeño-salteño, han dejado su huella marcada en las comunidades campesinas.

    Es así como este pasado aporta a la identidad cultural actual de la región y constituye un espacio importante de resguardo y evolución de los recursos antropológicos que hoy en día se pueden apreciar en aspectos tales como: sistemas de agricultura y ganadería, rasgos arquitectónicos, comidas, topónimos, rituales, leyendas y mitos.

    Los guardaparques del Parque nacional Baritú se dedican a las tareas de control, vigilancia social y ecológica del área protegida, control de caza, pesca y otras actividades, la atención al visitante, el apoyo a la Investigación y asistencia a las comunidades indígenas y pobladores del área protegida, la educación ambiental en las escuelas de la zona, patrullas y recorridas, relevamiento de flora y fauna, monitoreo de fauna, mantenimiento de vehículos, entre otras actividades.

    Uno puede ayudar en la conservación de esta área mediante un programa de voluntariado del Parque, en el cual cualquier persona puede participar si cumple con los requisitos de inscripción. Las actividades que realiza cada voluntario son de acuerdo a las necesidades de cada área y los talentos personales e inquietudes de cada voluntario, intentando lograr beneficios para todas las partes intervinientes en el proceso de voluntariado.

    Para el turismo es recomendable la visita de junio a octubre ya que las lluvias estivales influyen en el estado del camino.

    En el parque se puede realizar turismo naturaleza y ecoturismo, ya que la realización de actividades recreativas y de esparcimiento en el área protegida ayuda a la interpretación y/o conocimiento de la naturaleza con diferentes grados de profundidad, sin degradar ni agotar los recursos.

    También garantiza la seguridad del turista teniendo en cuenta que algunos de los elementos integrantes de este ambiente natural de Selva de Montaña pueden representar riesgos para las personas. Informándose convenientemente y adoptando las precauciones necesarias uno puede disfrutar plenamente del lugar. Algunos de los factores causantes de riesgo son:

-        Los animales silvestres como el puma, yaguareté, que si bien tienden a evitar la presencia del hombre, pueden resultar un riesgo en determinadas circunstancias, como por ejemplo en caso de que estén alimentándose o con sus crías.

-        Existen especies como arañas, escorpiones, avispas, abejas o reptiles cuyas picaduras y/o mordeduras pueden ser venenosas, de gravedad y más si una persona es alérgica a estos animales.

-        Es posible durante el tránsito por los senderos, rozar accidentalmente plantas como las ortigas u otras que pueden producir reacciones urticantes superficiales en la piel, con picazón y ardor. El efecto no es de gravedad y desaparece al pasar unos minutos.

-        Se recomienda no ingerir hojas, tallos, semillas o frutos que no se reconozcan. Es importante tener especial cuidado con los niños.

-        Asesórese sobre la vacunación contra algunas enfermedades regionales presentes como la fiebre amarilla, dengue, malaria, entre otras.

    Algunos de los senderos que se pueden realizar se encuentran en proceso de construcción como "senderos interpretativos" y no todos cuentan aún con la cartelería específica. Ellos son:

-        El Lipeo - Abra de Minas – Baritú: Es un recorrido de 16 km y parte desde la comunidad El Lipeo por el camino vehicular, pasa por “el cedral” y el punto panorámico “Abra de Minas” es el sitio más alto del recorrido a 1770 msnm. Luego se llega a la comunidad Baritú.

-        Sendero Cultural “El Molejón”: Parte a 100 m del Destacamento del Parque y visita un molino de piedra utilizado antiguamente por la comunidad para la molienda de maíz.

-        Sendero El Cedral de Abra de Minas: Es un recorrido de 8 km hasta el ingreso. El sendero de 200metros recorre un sector poblado de árboles de Cedro Salteño de imponente envergadura.

-        El Lipeo - La Junta: Es una caminata corta que bordea el Río Lipeo y llega hasta la unión de los ríos San José y Cayotal. Es recomendado para la observación de aves.

-        El Lipeo - Las Termas del Cayotal: El trayecto es de una hora y media de duración y llega a un sitio con aguas termales que se encuentran fuera del Parque Nacional.

-        Baritú - Los Helechos: Tiene una duración de 8 horas de ida y vuelta. El recorrido parte desde la comunidad Baritú y visita un área con helechos arborescentes. Se realiza solo con guía.

    También se puede pernoctar en el camping agreste El Ukumar, ubicado en la Comunidad Aborigen El Lipeo a orillas del Río Lipeo, la misma cuenta con mesas, bancas y fogones, pero el camping no cuenta con servicios para el visitante ni proveeduría.

    La forma de llegar a este parque es por vía terrestre, partiendo desde la ciudad de San Ramón de la Nueva Oran en Salta, por la ruta nacional Nº 50 hasta la localidad de Aguas Blancas, en el límite con Bolivia. Desde allí, previa realización de trámites aduaneros y migratorios, se recorren 110 km. por la Ruta Panamericana Nº1 en territorio boliviano que se encuentra pavimentada y posee una gran belleza escénica.

    Antes de la localidad “La Mamora” se toma el desvío al puente internacional regresando a Argentina y luego de transitar 18 km. por la Ruta Provincial Nº19, consolidada, se ingresa a Los Toldos. Tras 26 km. más, se arriba al Parque Nacional Baritú. Por precaución es mejor cargar combustible en Orán o Aguas Blancas ya que en Los Toldos es difícil conseguir.

    Para el viaje a este Parque Nacional es recomendable llevar consigo toda la documentación personal y del vehículo que utilice para el cruce internacional. La aduana boliviana exige póliza de seguro del vehículo con cobertura para la República de Bolivia y la Tarjeta Verde para Titular. En caso de ser autorizado, la autorización debe ser legalizada por un escribano con el sello del Consulado de Bolivia, el trámite es sencillo y puede realizarse en la Ciudad de San Ramón de la Nueva Orán. Los menores de edad que viajan con un solo padre precisan la correspondiente autorización legalizada.

    Hay que ser consciente que es un área protegida, y aunque no lo sea, siempre hay que respetar a la naturaleza y saber que en ella no está permitido cazar, pescar o molestar a la fauna silvestre, extraer cualquier elemento natural como plantas, musgos, rocas, insectos u otros animales, arrojar basura o cualquier tipo de daño sobre el medio ambiente.

    ‘‘El propósito del reino vegetal es alimentar a los animales y los humanos, mantener la tierra firme, realzar la belleza y equilibrar la atmosfera. Las plantas y los árboles cantan a los humanos en silencio y todo lo que piden a cambio es que nosotros le cantemos a ellos’’ (Morgan, 1991: 68).

 

domingo, 14 de diciembre de 2014

Ficciones: Juan Pedro y su corazón


Ficciones

Juan Pedro y su corazón

Por Mabel Fernández

 

    En el aeropuerto de Sao Pablo, observaba Juan Pedro las pantallas que anunciaban la partida de su vuelo. En Natal, Joáo un colega brasilero lo esperaría y en un automóvil lo conduciría a su destino final, Parnamirim. Había partido  unas horas antes desde Ezeiza, con sus treinta años  y un doctorado en curso  en etnología agronómica.

    Parnamirim  tenía una atracción turística particular, poseía el árbol de castaña de cajú más grande del mundo, con dimensiones descomunales, Anacaridium Occidentale, es el nombre científico del árbol y proviene de la palabra griega kardia, o sea corazón, por la forma y el color de sus frutos.

    Juan Pedro se instaló en una pequeña casa típica del lugar, a pocos metros del laboratorio donde realizaría sus estudios. Esperaba no extrañar a su casa materna rodeada por un pequeño parque, a diferencia de la de Panamirim donde los bosques de castaños crecían hasta perderse en el horizonte y millones de corazoncitos pendían de sus ramas esperando a los recolectores de frutos, que los arrancaran para la comercialización de su nuez.

    Para el joven investigador, el idioma portugués era una barrera comunicacional. Con sus compañeros de trabajo no tenía mucho trato, eran unos pocos y estaban inmersos en sus investigaciones, por lo que no le era fácil hacerse de amigos, cada día que pasaba se sentía más solo, esta situación lo llevaba a permanecer tiempo extra en el laboratorio; dedicándose a pleno a descubrir los efectos negativos que producían en los tallos de los Anacardium los escarabajos barrenadores.

   Otros escarabajos habían sido en su niñez un juguete en las noches de verano. Con sus hermanos los recogían de la calle, debajo de las luminarias  donde encandilados, los insectos caminaban en círculo como embriagados de luz artificial. Él los ponía en un frasco de vidrio, y al día siguiente los observaba. El caparazón negro brillaba con el sol de la mañana que, junto a las patas gruesas que lo sostenían, le daban un aspecto imponente, que lo remitía a los tanques de guerra de juguete,  con los que sus hermanos libraban batallas de mentirita.

    Al mismo tiempo que en el Atlántico Sur, una guerra absurda les arrebataba la vida a unos  soldaditos hambrientos y mal pertrechados.

    Por aquel  entonces, Juan Pedro, en una caja  de camisa de su papá y con alfileres de costura pinchaba a los insectos  imitando  a los vistos en  las vitrinas de la sala de entomología del  Museo de Ciencias Naturales.

    A su laboratorio en Parnamirim, le llegaban para su experimentos, algunos escarabajos que como plaga reducían la sanidad  del bosque y producían pérdidas económicas importantes. Los pequeños tanques negros  atacaban la economía de la región y Juan Pedro debía encontrar el arma química para combatirlos.

    Joáo, intrigado por los resultados de la investigación de Juan Pedro, aquella mañana llegó muy temprano  al lugar de trabajo del argentino, lo encontró sentado, con el cuerpo rígido, los brazos colgando a los lados de la silla, la cabeza apoyada pesadamente sobre el microscopio.

    En la mesada, junto a un cuaderno escrito con fórmulas, libros apilados y  pipetas recientemente utilizadas, un tanque de guerra, yacía a punto  de ser atravesado por un alfiler de laboratorio.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Cultura: Día Nacional del Tango


Cultura

Día Nacional del Tango

- 11 de Diciembre –

Por Fernando Volonté

    Relatan las crónicas de época que la idea de conmemorar un Día del Tango (expresión cultural que tiene su origen en la fusión de aportes afroamericanos, criollos y de inmigrantes europeos que nos identificanal, que tiene su origen ) fue una ocurrencia del periodista y productor Ben Molar, y la elección de la fecha es consecuencia del nacimiento de dos de los mayores íconos tangueros: Carlos Gardel y Julio De Caro, ambos nacidos un 11 de diciembre (Gardel, en 1890; De Caro, en 1899).

    La ocurrencia llegó a Molar un 11 de diciembre de 1965, mientras iba caminando a la casa de De Caro para festejar su cumpleaños y cayó en la cuenta de que tanto su amigo compositor como el “zorzal del tango” compartían la misma fecha de nacimiento. Molar presentó inmediatamente la propuesta al Secretario de Cultura de la Ciudad de aquel entonces, pero la propuesta tardó 12 años en instrumentarse y en noviembre de 1977 se firmó el Decreto nº 5830/77, que instituía la celebración del Día del Tango, el cual desde entonces se conmemora en todo el mundo.

    Seguidamente, Molar propició la aprobación de un decreto con alcance nacional, y así fue concedido, dándose lectura al Decreto nº 3781/77. Como dato anecdótico, el 11 de diciembre de aquel 1977 se celebró un festival conmemorativo, que terminó cuando Julio De Caro subió al escenario y unas quince mil personas le cantaron el feliz cumpleaños.

    Posteriormente, con el retorno de la democracia, el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación promulgaron la Ley Nacional del Tango (Ley 24.684), publicada en el boletín oficial del 14 de agosto de 1996, y posteriormente reglamentada por el Decreto Nacional 627/98. En su Artículo 1º, esta ley establece: “Declárase como parte integrante del patrimonio cultural de la Nación a la música típica denominada ‘tango’, comprendiendo a todas sus manifestaciones artísticas, tales como su música, letra, danza y representaciones plásticas alusivas.”

Carlos Gardel

    Una de las versiones históricas más aceptadas nos cuenta que nació en Toulouse, Francia, el 11 de diciembre de 1890. Hay unanimidad en el hecho de que vivió desde su infancia en Buenos Aires y se nacionalizó argentino en 1923. Falleció el 24 de junio de 1935 en Medellín, Colombia, en un accidente aéreo. La persona y la imagen de Gardel ha sido objeto de idolatría popular, especialmente en Argentina y Uruguay, colocándolo en un lugar de mito y símbolo cultural que aún mantiene su vigencia.

    El escritor Horacio Salas nos dice en su libro: “A más de siete décadas de su muerte todavía se buscan explicaciones intelectuales, que en el fondo no hacen otra cosa que agregar nuevos elementos a su mitología. Durante mucho tiempo se dijo que la permanencia de la popularidad de Gardel se debía a la identificación que sentía el argentino medio, hijo de la inmigración, con la historia del cantor. Gardel era el hombre que había llegado a cumplir los sueños de la mayoría: tener pinta, mujeres, fortuna, amigos y una voz inigualada. Había logrado cantar vestido de etiqueta en los cabarets de París y había sido aplaudido y amado por las multitudes de América latina. Era un hijo de inmigrantes (en este caso inmigrante él mismo) de padre desconocido, que había logrado superar su origen a fuerza de tenacidad y trabajo: un ejemplo en una sociedad joven necesitada de modelos. La explicación sin duda era válida durante los años treinta y cuarenta. Pero, con el paso del tiempo, ¿cuál es la explicación de su perdurabilidad?”

 

Julio De Caro

 

En recuerdo de mi tío Julio César

Volonté, un “decarista” de ley

    Julio De Caro, fue un destacado violinista, director de orquesta y compositor de tango argentino que nació en Buenos Aires, el 11 de diciembre de 1899 y murió en Mar del Plata, Argentina, el 11 de marzo de 1980.

    En 1924 formó el sexteto que estaba llamado a fijar las normas del tango clásico. Ese conjunto lo integraban Julio y Emilio De Caro en los violines, Pedro Maffia y Luis Petrucelli en los bandoneones, Francisco De Caro en el piano y Leopoldo Thompson en el contrabajo.

    La orquesta de Julio De Caro inició el ciclo que se conoce como "la guardia nueva" del tango, y cuya evolución puede seguirse hasta las revolucionarias innovaciones de Astor Piazzolla. Esta nueva escuela se enriquecería con figuras de la talla de Osvaldo Fresedo, Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese y Horacio Salgán. A partir de De Caro y sus continuadores, el tango empieza a ganarse el título de "música de Buenos Aires", acaso porque esta denominación disimulaba sus orígenes arrabaleros.

    De Caro incorporó al tango numerosos recursos técnicos de la música culta, especialmente en materia de armonía y contrapunto, sin desvirtuar las esencias rítmicas y melódicas del género. Algunos de esos aportes fueron el acompañamiento armonizado del piano, los fraseos de los bandoneones y los contracantos del violín, que forman melodías de agradable contraste con el tema central. También incluyeron solos de piano y bandoneón, expresados con una riqueza armónica y sonora hasta entonces desconocida. Algunas obras compuestas por De Caro son "Mala junta", "Boedo", "El monito", "Buen amigo", "Tierra querida", "El arranque", "El mareo", "Chiclana" y "La Rayuela". En cierto sentido, Julio De Caro es a la orquestación del tango lo que Carlos Gardel al modo de cantarlo: figuras que han marcado un antes y un después en la historia de esta canción popular.

 

Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
    El tango, género musical originario del Río de la Plata, fue declarado en el año 2009 por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, tras un pedido conjunto de Argentina y Uruguay. Las dos naciones habían impulsado al tango en conjunto y en representación de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, respectivamente, en octubre de 2008, porque ambas "comparten el nacimiento, la tradición y la pasión por el tango".