Cine
EL MONTAJISTA
Ensayos y reflexiones
sobre cine
La bella cautiva
Es
mejor no soñar con pesadillas
Por María
Julieta Escayola
La propuesta de Alain Robbe-Grillet
en este género inclasificable inspirado en el cuadro de René Magritte La bella cautiva es sensitiva, etérea y
onírica.
Todo comienza con el relato del
protagonista (Walter) en off al mejor
estilo noir. De hecho pareciera que
estamos presenciando un policial con las características de aquel detective
que, como buen sabueso, está más allá del bien y del mal, es intuitivo y lleva
todo un conflicto interno bajo sus espaldas. Faltan las trompetas y la escala
de grises y estaríamos hablando de un
verdadero cine negro. Es en esta instancia en que se demuestra que el director
proviene de las letras, por su manera de contar las vivencias del atribulado personaje
con un sólido vuelo poético.
Repentinamente la trama se vuelve
suspenso puro y altamente visual. No sabemos, ni tenemos pista alguna sobre
cuál será la próxima acción, ni tampoco qué será lo que le pasará a Walter, ni
qué rumbo tomará. Cuando menos lo
esperamos, nos quedamos sin brújula. Pero esta falta de orientación
lejos de aburrir, atrae. Y es acá donde nos envolvemos en la atmósfera sensual con
toques surrealistas.
El director, inscripto en la nouveau roman, cumple aquí con todos los
cánones de esta escuela. La reiteración de imágenes que no cansan, el objetalismo (las copas, lo blanco, lo
rojo, el zapato, la misma Bella cautiva, “la jefa”, el investigador, las cadenas,
el cuadro, el vestido, lo dorado, el médico y podemos seguir
interminablemente), la obsesión y lo imaginario por sobre lo real (¿o al
revés?).
La nouveau roman se caracterizó por la
intención de objetivar todo al punto que, en la trama, los personajes no son
importantes, sino actantes de un mundo de objetos que serán los verdaderos
valores principales. Se describe a los mismos en forma metódica, repetitiva
hasta el hartazgo, minuciosa, meticulosa. Se narra en forma de rompecabezas y
se realizan asociaciones de ideas aplicando una suerte de método
psicoanalítico.
Fueron partícipes de
este movimiento literario, entre otros, la abogada Nathalie Sarraute (novela El planetario, 1959), el premio Nobel de
Literatura Claude Simon (novela Las
Geórgicas, 1981), el filósofo Michel Butor (ensayos Sobre literatura I y II, 1967, Editorial Seix- Barral), la
escritora Marguerite Duras (guión de Hiroshima,
mon Amour, de Alain Resnais, Francia, 1958). Todos ellos apoyados por el
gran crítico Roland Barthes, hijo predilecto de la semiótica. Y entre ellos,
claro está, Robbe- Grillet.
Alain Robbe- Grillet nació
en Brest, Francia, el 18 de agosto de 1922 y falleció en Caen, Francia, el 18
de febrero de 2008. Ingeniero agrónomo de profesión, fue otra de las figuras
claves de la nouvelle vague desde lo
cinematográfico y de la nouveau roman
desde lo literario (como por ejemplo la novela La doble muerte del profesor Dupont, 1953, Editorial Seix- Barral).
Se casó con la escritora y actriz Catherine Rstakian (París, Francia, 1930- ),
más conocida como Jean de Berg, quien, en su calidad de actriz se pondría a las
órdenes de su compañero de vida en Transeuropa
Express (de Alain Robbe- Grillet, Francia, 1967); y publicaría, entre
otros, en su calidad de escritora, Jeune mariée: Journal, 1957- 1962 (2004,
Editorial Fayard) contando sus primeros años de matrimonio. Robbe- Grillet dirigiría nueve películas en
total, y sería el guionista de El año
pasado en Marienbad (de Alain Resnais, Francia, 1961) exponente fundamental
para la formación de la nouvelle vague.
A Robbe- Grillet
siempre le importó poco o nada que sus obras “se entendieran” o “fueran
claras”. Él escribió para él mismo y lo que sentía o pensaba. Y en eso radica
su notable impronta y destacamos en él esta firme postura frente a las vulgares
exigencias externas, masificadoras e impersonales.
Así, como su estilo lo amerita, en
la película las actuaciones no son muy buenas, pero no importa mucho justamente
porque lo fundamental en la obra es que sean sólo piezas claves en un intrincado
que va más allá de los personajes en sí mismos. La música es atrapante.
Schubert suena bien frente a aquello que nos es desconocido y ayuda al ritmo de
lo que va sucediendo. Los sonidos son interesantes y contradictorios, ya que en
ciertos momentos no tienen nada que ver con lo que estamos viendo.
Las artes plásticas son claves para
la narración. La película toda es un homenaje a la pintura, a la escultura, a
la fotografía. De las letras y la narración bien llevada se pasa sin solución
de continuidad a un verdadero festín visual. La dirección de arte acompaña a
través de cierta elegancia en el aire.
A la mitad del film no se sabe qué
pasó con el argumento. Lo que se destaca es lo netamente artístico y una
reminiscencia a la ilusión óptica que hace infinito el camino hacia no se sabe
donde. Esta distinción propia de Robbe- Grillet quizás sea la influencia
posterior a otros directores como David Lynch. Las narraciones dentro de otras,
la sensibilidad y la incomprensión absoluta de un hilo conductor que esconde
profundas interpretaciones son típicas de un estilo que no todos los
espectadores están dispuestos a deglutir.
Asimismo el carácter paranoico y
desquiciante en algunos instantes nos recuerda a otros cineastas como Roman Polanski
y sus descripciones conspirativas. Basta nombrar el momento en que Walter se
encuentra con esa extraña mujer en silla de ruedas, el policía que aparece y
desaparece o la elegante orgía de caballeros en el caserón. Y en esta última, nos
transportamos a la fiesta negra de Ojos
bien cerrados de Stanley Kubrik.
No falta el toque de terror con las
mordidas que se le aparecen a Walter en cada encuentro con la Bella. Lo
vampírico también está presente (¿por qué no?), y con él, la idea de lo
siniestro, lo erótico y la inmortalidad se van haciendo carne.
Finalmente, el ángel de la muerte se
nos descubre pero a la vez se nos esconde. Lo real y lo mental están a la par. ¿Qué
fue primero? No podemos vislumbrar aquello que prevalece. ¿Estamos frente a una
pesadilla o a un sueño? Lo que le pasa a Walter ¿Es real o simplemente un juego
perverso de su cerebro desgastado? ¿Para qué soñar con pesadillas, si lo único
que nos provoca es malestar?
FICHA
TÉCNICA:
Título:
La bella cautiva
Director: Alain Robbe-
Grillet
Guión: Alain Robbe- Grille- Franck
Verpillat
Intérpretes: Cyrielle
Clair- Daniel Emilfork- Daniel Mesguich- Francôis Chaumette- Gabrielle Lazure
Fotografía:
Henri Alekan
Productor:
Anatole Dauman
Francia, 1983
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