Relatos
de viaje
Una ciudad de película…
Por María
Guillermina Volonté
Extractado de mi blog
“Arrastrando las valijas”, en el cual se pueden leer distintas experiencias y
vivencias de los viajes que he realizado. La dirección del blog es: www.mariaguillerminavolonte.blogspot.com.ar
Era junio
de 2007, estábamos en Mitterfels, Alemania, a solo 150 km de Salzburgo. En auto y ayudados por
el GPS llegamos sin problemas. Estacionamos cerca de la parte
céntrica, en una calle con parquímetro, eran las 13 hs. y lo primero que
hicimos fue dirigirnos a la casa natal del genio de la música Wolfgang Amadeus
Mozart, que a los 5 años de edad ya componía sus insuperables obras musicales.
Estábamos muy cerca de su casa ya que cuando le fijamos el destino al navegador
fue su dirección: calle Getreidegasse No. 9, y hasta allí nos llevó.
En esa
casa hoy en día existe un Museo, propiedad de la Fundación Mozarteum, que
recorrimos ayudados por las explicaciones en español de un audio-guía, con la
música de Amadeus de fondo, ¡¡una maravilla!!
Se trata
de una casa de tres plantas que actualmente cuenta con una gran cantidad de
objetos de la época e instrumentos de Mozart y de su niñez. Es uno de los
lugares más visitados de Salzburgo y una especie de santuario para los músicos
de todo el mundo.
Mozart
nació en Salzburgo el 27 de enero de 1756 y murió en Viena, el 5 de diciembre
de 1791, a los cuatro años practicaba el clavicordio y componía pequeñas obras
de cierta dificultad, a los seis tocaba con destreza el clave y el violín.
Podía leer música a primera vista, tenía una memoria prodigiosa y una
inagotable capacidad para improvisar frases musicales.
Como la
entrada al Museo nos habilitaba también para visitar otra casa donde Mozart
vivió durante siete años a partir de 1773 y que queda muy cerca de la casa
natal, en la Makartplatz No. 8, cruzando el puente Makart Steg, sobre el Río
Salzach, para allá fuimos… Esta casa fue dañada en gran parte por los
bombardeos aéreos en 1944 y reconstruida en su forma original con la ayuda de
financieros japoneses a través de la Fundación Mozarteum entre 1994 y 1996.
De ese
lado del Río visitamos también los Jardines de Mirabell, con el Palacio
Mirabell. ¡Indescriptibles! Allí se filmaron escenas de “The Sound of Music”,
para nosotros “La Novicia Rebelde”, aquella película vista innumerables veces y
que aún hoy no nos cansamos de apreciarla y admirarla. Basada en la vida real
de María von Kutschera y George Ritter von Trapp, transcurre en esta ciudad
cuando, en un convento de Salzburgo –la Abadía Nonnberg- a fines de la década
del treinta, la novicia María es enviada por la madre superiora, como
institutriz a la mansión del capitán von Trapp. El hombre es un viudo muy
rígido que tiene siete hijos indomables a los que mantiene a raya con un estilo
autoritario y dominante. Al comienzo, María es maltratada por los niños pero de
a poco se gana sus corazones, convirtiéndose más tarde en la esposa del
capitán. Después del matrimonio entre María y el Capitán, el ejército alemán
intentara que el Capitán vuelva a su antiguo puesto militar, éste, junto con su
familia, decide huir aprovechando la celebración de un concurso de canto. El
capitán se despide de sus ciudadanos entonando la canción
"Edelweiss", himno patriótico en protesta contra la dominación
alemana: https://www.youtube.com/watch?v=TtEzZEe_5kA&list=PL2Sl371Ce-9HVw3Ibr7BMHpSgo1XRkMSx
Volviendo
a los Jardines de Mirabell… La cantidad de flores y la decoración de estos
Jardines son espectaculares. Existen esculturas, pérgolas, cercas podadas
primorosamente y hermosas fuentes. Alrededor de la fuente principal se
encuentran cuatro grupos de figuras que representan los elementos aire, tierra,
fuego y agua.
Panorámica de los Jardines, se
aprecia al fondo la Abadía Nonnberg y la Fortaleza Hohensalzburg
Luego de
permanecer un rato largo en estos jardines decidimos nuevamente cruzar el
puente para recorrer el casco antiguo, bellísimo, rodeado de montañas.
Caminamos
por la Plaza de la Residencia, que es la más grande de las plazas de la ciudad
vieja. Está entre la antigua Residencia Arzobispal y la Nueva Residencia. La
antigua Residencia fue la sede oficial de los príncipes-arzobispos desde el
siglo XII hasta 1803. En ella hoy en día se dan conciertos y recepciones
importantes.
En el
centro de la plaza se encuentra una gigantesca fuente de 15 metros de altura
con cuatro enormes caballos marinos que lanzan chorros de agua por sus bocas y
sus narices, también tiene tres gigantes que sostienen sobre sus hombros una
fuente en la cual grandes peces tienen en alto con sus colas otra fuente y en
esta última está sentado el rey del mar Tritón y tira con un cuerno otro chorro
altísimo de agua. Fue creada entre 1656 y 1661 por un escultor italiano y se
considera la fuente más grande y hermosa fuera de Italia.
Pasando
la plaza está la majestuosa Catedral, cuya construcción data de 1614, tiene
tres pisos y sus torres son de mármol, se entra por tres pesadas puertas de
bronce que simbolizan la fe, la esperanza y la caridad.
Seguimos
hacia otra plaza, la de Mozart, con la estatua de bronce del músico en su
centro, sitio obligado para sacarse una foto:
Esta
estatua fue fundida según un modelo del escultor Ludwig von Schwanthaler y
descubierta solemnemente en presencia de los dos hijos de Mozart.
Volvimos
a cruzar el Río, esta vez por otro de los puentes, el Mozartsteg y buscamos el
cementerio de San Sebastián, donde se escondieron los von Trapp para escapar de
los nazis.
Allí
están también las tumbas de los padres de Mozart, Leopoldo, que también fue músico y director de orquesta de
la corte del arzobispo, así como la de su esposa Constanze y de otros famosos
como el médico Paracelsus. En el medio del cementerio se encuentra la Capilla
de San Gabriel, cerrada desde hace años.
Todo este
barrio hasta llegar al cementerio es muy bonito, con muchísimos negocios,
llamaba la atención que ya había muchos de ellos con adornos para Navidad, por
ejemplo el que vendía miles y miles de huevos vacíos pintados a mano, algo
curioso y muy llamativo y bonito.
Volvimos
a nuestra casa en Mitterfels con la alegría de haber conocido un lugar de
película… y repitiendo mentalmente, cual Julie Andrews, las canciones que
tantas veces escuchamos y cantamos, pero esta vez con un decorado de fondo
distinto e inolvidable…
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