Ficciones
La
constelación
Por Julia Volonté
“La contradicción es fuente de toda vida y todo
movimiento”
W. Hegel
W. Hegel
Era
esponjoso. Lo palpaba y era esponjoso. No sé muy bien como llegué a tocarlo.
Sólo recuerdo que la curiosidad fue mayor que el miedo. Y aunque lo tenía, no
lograba paralizarme. Tantas veces me había quemado que una ampolla más no me
importaba.
Me
sorprendió el color que no era desteñido, ni estridente. Era un color preciso.
Si bien titilaba, él era firme. Como una estrella, nosotros la vemos titilar,
pero ¿cuál es su color verdadero?
Sabía que
iba a encontrarlo. Era un saber secreto. La curiosidad superó el miedo. Mi mano
fue deslizándose, atravesó los colores. Desde el naranja llegó al azul, donde
está más caliente. Pero por primera vez no me quemó.
Como estar
sumergida en una nube. Era esponjoso, y ahora lo sé, él es esponjoso, porque yo
lo soy también.
Primero fue
la duda que nos distanció largo rato. Sólo en el tiempo de brillar pudimos
renombrar los colores, así hallamos nuestro color y allí originar la nueva
constelación.
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