EL MONTAJISTA
Ensayos y reflexiones sobre cine
Madama
Butterfly
FICHA
TÉCNICA:
Ópera filmada
Producción: Unitel GMBH & Co. KG, Munich.
Dirección de orquesta:
Herbert Von Karajan
Orquesta:
Filarmónica de Viena
Regisseur:
Jean- Pierre Ponnelle
Escenografía:
Jean- Pierre Ponnelle
y Jean- Louis Martinotty
Cámara:
Hartmut Zingel
Maquillaje:
Josef Coesfeld, Dagmar Friedrich, Fredy Arnold, BrigittaWehrand
Sonido:
Gordon Perry, Rolf P. Schröder
Editor:
Gela- Marina Runne
Intérpretes:
MirellaFreni (Cio-Cio-San)Plácido Domingo (B.F.Pinkerton)
Robert Kerns (Sharpless)
Christa Ludwig (Suzuki)
Michel Senechal (Goro)
Hans Helm (Representante del imperio nipón)
Siegfried Rudolf (Notario)
Marius Rintlzler (El bonzo)
Giorgio Stendoro (Príncipe Yamadori)
ElkeSchary (Mrs. Kate Pinkerton)
Evamaria Hurdes (Madre de Cio- Cio- San)
Coro: Ópera estatal de Viena
11 de diciembre de 1974, Berlín, Alemania.
Gran técnica por
sobre la emoción:
Por María
Julieta Escayola
El
regisseur Jean- Pierre Ponnelle
(París, Francia, 19 de febrero de 1932- Munich, Alemania, 11 de agosto de 1988) quiso filmar con variados recursos audiovisuales la
ópera del compositor Giacomo Puccini (Lucca, Italia, 1858- Bruselas, Bélgica,
1924), circunstancia que fue concretada en esta película de 1974 con gran
técnica pero poca emoción.
Décadas antes, los libretistas Luigi Illica (Castell’ Arquato, Italia, 1857-
Colombarone, Italia, 1919) y Giuseppe Giacosa (Giacosa, Italia, 1847-1906) decidieron recrear
en clave operística, una verdadera tragedia japonesa basada en el cuento Madame Butterfly de J. L. Long de 1898,
en la novela Madame Chrysanthème de
Pierre Loti de 1887 y en acontecimientos reales ocurridos en Nagasaki (Japón).
Puccini a su vez, la pergeñó en idioma italiano en dos actos, el segundo
dividido a su vez en dos partes. Hubo en total cinco versiones, la última
estrenada en 1907.
En esta versión cinematográfica, todo
comienza con un flashforward en
cámara lenta y con colores sepia que nos muestran a Pinkerton (interpretado por el tenor y barítono José Plácido
Domingo) corriendo desesperado. La escena anticipa lo inevitable.
Inmediatamente la historia remite a los
actos originales, que relatan cómo B. F. Pinkerton, oficial de la Armada
estadounidense, alquila en 1904 una casa sobre la colina en Nagasaki para él y
su novia, Cio- Cio- San, apodada Butterfly. Y es que ha pedido a la muchacha en matrimonio
a través del casamentero Goro. La
boda tendrá lugar allí mismo, y Butterfly
se convierte secretamente del budismo al cristianismo. Pinkerton se va y tres años después vuelve casado con una nueva
esposa norteamericana y además, decidido a llevarse al hijo que ha tenido con Butterfly para criarlo en Estados
Unidos. Ella, que lo ha esperado todo ese tiempo y ha cambiado sus costumbres
radicalmente, se da cuenta de su error. Entrega al niño, se retira a sus
habitaciones y se suicida con el cuchillo de su padre. Es en este punto que
volvemos al comienzo de la historia. Pinkerton
corriendo.
Analizando esta puesta, debemos mencionar
momentos que resaltan por sobre los demás, como la aparición en escena de la
protagonista (interpretada por la soprano Mirella Freni) acercándose acompañada
del coro, como quien viene del mar traído por sirenas. Se vislumbran figuras
etéreas envueltas en una niebla oportuna. Ella está vestida de blanco, color
característico del luto japonés, tal vez un presagio de lo que vendrá.
Entre otras escenas impactantes son dignas
de enumerar la primera noche de Butterfly
con Pinkerton; cuando ella le muestra
el niño al cónsul; cuando expulsan al casamentero de la casa y sobre todo
cuando Cio-Cio- San le deja como
misión a su hijo de tan sólo tres años, la venganza llegado el momento oportuno
que ella no podrá concretar por sí misma. Como una forma de reivindicación de
aquel estado desesperante en que está sumida por promesas que nunca se han cumplido.
Es de destacar además cuando Butterfly se imagina cómo sería el
reencuentro con su amado. Quizás sean las imágenes más logradas, más bellas,
oníricas, románticas y totalmente opuestas a lo que ocurre en la realidad.
Ponnelle sigue fiel a la ambientación que
siempre eligió: los tonos monocromos, descoloridos, los colores pasteles.
Afuera, un marrón indefinido de los pastizales y adentro, los azules y grises.
En todo momento se evidencian detalles de
la cultura japonesa que contrastan con los objetos occidentales. Éstos últimos
irán ganando un lugar en la casa oriental a medida que pasa el tiempo,
demostrando las convicciones de Butterfly
y por otro lado, su lucha interna entre ambas religiones.
Apreciamos, entre los recursos audiovisuales
utilizados, los planos cenitales, los fundidos fuera de foco, los primeros
planos, las pantallas partidas y las elipsis que marcan adecuadamente el paso
del tiempo y que hacen que se pueda configurar este desafío como pieza
cinematográfica.
En cuanto a los arreglos musicales, no hay
muchas modificaciones del original, cuando fue concebida en el contexto del
movimiento italiano verista que comienza hacia 1890 y concluye con la primera
versión de Madama Butterfly, en 1904.
El verismo busca darle a la ópera una
función social, con un lenguaje llano y simple. Se adapta la melodía al
discurso para que sea más claro. Se le da también valor a la orquesta y a
formas puramente instrumentales como los interludios. Son importantes además
las culminaciones de tensión emotivas y se le da valor al sentimiento.
En este contexto Puccini elaborará su obra
con protagonistas sencillos, con una psicología más elemental, con vicios y
virtudes por igual. Pero a lo que verdaderamente le dará importancia es a la
atmósfera. Puccini es un obsesivo del ambiente, buscando mundos lejanos y
exóticos, con costumbres diversas y usos diferentes, paisajes, tradiciones y
geografías que evidencian una cierta desolación existencial.
Creador de nueve óperas y una completada
por Franco Alfano en 1926, el gran mérito de Puccini fue la exploración de cierta técnica compositiva,
como el leitmotiv, un concepto
musical que rige el cine hoy en día y que, a nuestro entender, se identifica a
la música con un personaje, estado de ánimo o acontecimiento en especial.
En cuanto a los intérpretes protagonistas,
en esta oportunidad Mirella Fregni (Módena, 1935- ) más conocida como Mirella
Freni, es opacada ampliamente por Plácido Domingo (Madrid, 1941- ). Éste aporta
todo su carisma. De hecho el resto de los personajes se desdibujan al lado del
talento del cantante. Por su parte, la técnica de Freni es buena pero no
expresa emotividad. Las actuaciones, por otro lado, exceptuando la de Domingo,
no son muy atrayentes.
Y es que es nuestro deber expresar que
Plácido Domingo es uno de los artistas más versátiles de nuestros tiempos.
Además de ésta, ha participado en otras óperas filmadas, como Carmen, dirigida por Francesco Rosi, Tosca, dirigida por Gianfranco de Bosio,
Otello, Cavalleria Rusticana &
Pagliacci y La Traviata, todas
dirigidas por Franco Zefirelli. Cuando se aprecia su arte, entendemos porqué
razón recibió la mención del más grande tenor de todos los tiempos por la
revista BBC Music Magazine, en marzo de 2008.
Sobre el regisseur Jean-Pierre Ponnelle no dudamos de su virtuosismo como
director, escenógrafo, vestuarista, puestista de óperas, y que su paso por La
Sorbona no fue en vano. No obstante, en este intento, no alcanza a expresar el
dramatismo propio de la obra de Puccini y que esta Madama Butterfly es sólo correcta. Y es que tal vez el fantasma del
compositor sobrevoló otras cintas y dejó ésta un poco huérfana. M.J.E.
No hay comentarios:
Publicar un comentario