domingo, 29 de junio de 2014

Política y deporte: Esperando el 14 de julio


Política y deporte

Esperando el 14 de julio

Por María Guillermina Volonté

    Formo parte del 36% de argentinos, según datos de una reciente encuesta, que se declaran “antifútbol” y que en distintas redes sociales se reúnen para sobrellevar el mundial, existen páginas web al respecto y hasta una revista virtual denominada “Sebreli”, en clara alusión al sociólogo y crítico literario Juan José Sebreli, cuya opinión sobre el futbol es conocida y que en su libro “La era del futbol” presenta al más popular de los deportes como un instrumento utilizado por los gobernantes para manipular a la población. Me identifico con Borges, con Umberto Eco, con Alfredo Casero y sus picantes comentarios, y con tantas otras personas que no comparten esa “pasión futbolera”. No por ello dejo de respetarlos, aunque inclino mis "sentimientos nacionales" a desear que Argentina esté ubicada en mejor lugar en cuanto a su educación, confiabilidad, honestidad, etc. etc. Citando a Eco me atrevo a compartir su pensamiento: “No me gusta el hincha porque tiene una extraña característica: no entiende por qué tú no lo eres e insiste en hablar contigo como si lo fueras”. Rescato un reportaje realizado a Borges en 1978, previo al mundial, en el cual podemos leer:

“- Y de este campeonato mundial que se va a jugar aquí, ¿qué opina?

- Y, espero estar bien lejos cuando se juegue, va a ser como una peste, pero bueno, por suerte, pasará… Me dijeron que Sábato está polemizando con los militares ahora. ¿Usted sabe algo?

- Sí, creo que ha asumido una actitud valiente; acaba de denunciar los gastos excesivos que se están haciendo en la preparación del mundial.

- Eso está muy bien. Pero lo pueden meter preso los militares, o hacerlo desaparecer, una denuncia así es peligrosa en este momento. Bueno, en este caso yo coincido con Sábato. Está muy bien que él proteste contra esta calamidad. Sábato y yo quizá podamos hacerlo, ya que gozamos de cierta impunidad… Si lo llega a ver dígale que estoy de acuerdo con él.”
 
    Nunca me gustó el futbol y menos los mundiales. Me traen recuerdos ingratos, del año en que todos los argentinos nos idiotizamos frente al televisor sin saber que en realidad detrás de esa pantalla se escondían otras intenciones. Creo que me quedó un sentimiento de culpa… porque esa vez yo también caí en la trampa…

    Cuando reaccioné ya era tarde, pero me dije: NUNCA MÁS.

    Y ahora me encuentro en la misma situación, ¡no lo puedo creer!, en realidad lo que no puedo creer es la poca memoria de algunos y la inocencia de otros.

    Hace nomás dos meses hubo una plaza llena de gente reclamando por la inacción de las autoridades frente a la mayor tragedia climática de la ciudad y esa misma plaza hoy se llena nuevamente, pero frente a una inmensa pantalla, que los mismos que no hicieron nada en aquel momento, ahora utilizan recursos públicos para entretener a personas que inocentemente acuden, llevados por la llamada “pasión argentina”.

    Mientras, a pocas cuadras de allí, hay niños que no pueden recibir la atención medica que necesitan, por falta de insumos, de recursos y hasta de una adecuada calefacción.

    Me rebela la situación… el dichoso mundial se ha metido, sin pedir permiso, en mi casa, en mi televisor, en mi computadora.

    No soporto más las propagandas donde cualquier producto que se quiere publicitar, desde un medicamento, lo que de por si es una aberración ya que es tratado como un bien de consumo, hasta la polenta de un minuto, me recuerdan que en pocos días se detendrá el país y que ya nadie se preocupará porque no llega a fin de mes, o porque la corrupción nos inunda cada vez más, como aquel día de abril, o porque hay escuelas que los días de lluvia no pueden dar clases, ya que sus paredes están electrificadas y sus techos no protegen ni a alumnos, ni a maestros.

    Mi paciencia tiene un límite y cuando vi que “mi” muro de Facebook se llenaba de amigos en celeste y blanco, cosa que no había ocurrido en las verdaderas fechas patrias, y que todos se transformaban en avezados comentaristas de futbol, antes, durante y después de los partidos, me dije: ¡hasta aquí llegué!

    Sin pensarlo demasiado les dejé una nota que decía así: “Me voy a retirar a esperar que llegue el 14 de julio, no se preocupen por mí, estoy muy bien, me dedicaré a leer y escribir, los quiero igual y les mando un fuerte abrazo. Guillermina.”

Para pensar:
 
 

 

1 comentario:

  1. APLAUSOS DE PIE!!!!!!
    Comparto todos y cada uno de los conceptos expresados en este artículo.
    Hacer patria es luchar, con o sin escarapela, por salud, educación, justicia, seguridad, respeto a las leyes y a la Constitución Nacional.
    Espero junto a vos el 14 de Julio, fecha que significa muchas otras cosas, en lo histórico y en lo familiar (no olvidemos el cumpleaños de nuestra amada Tía Chicha!)

    ResponderEliminar