viernes, 11 de julio de 2014

Teatro: Macbeth


Teatro

Sentimientos, Literatura, Ficciones y Teatro: una mirada diferente

Por María Guillermina García

    No soy ni crítica de cine, teatro o televisión. No soy profesora de literatura ni tengo licenciatura alguna en letras. Sólo me apasionan estas artes y quisiera compartir en este espacio lo que siento como simple espectadora.

Hoy: MACBETH, El sueño de las brujas de William Shakespeare

Versión y dirección de Carlos Rivas

 

Ficha técnica: Puesta, versión y dirección de Carlos Rivas en el Centro Cultural San Martín, Sarmiento 1551 C.A.B.A. www.elculturalsanmartin.org Mayo y Junio de 2014

Elenco: Gabriela Toscano, Vanesa González, Carlos Rivas, Mercedes Spangenberg, Cecilia Dellatorre, Mariana Melinc, Dalia Elnecavé, Andrés Portaluppi, Jorge Lifschitz, Bruno Rivas.

Autor: William Shakespeare                                                                     Versión y Dirección: Carlos Rivas

Asistente de dirección: Cecilia Dellatorre                                              Escenografía: Carlos Rivas – Facundo Necchi

Iluminación: Gonzalo Córdova                                                                                Vestuario: Alejandra Robotti –   Mercedes Spangenberg

Música original y ejecución en vivo: Bruno Rivas Toscano                   Letras de canciones: Carlos Rivas

Producción: Compañía El Fulgor                                                            Producción ejecutiva: Lucas Silvani

Voz en off: Alejandra Majluf                                                                     Voz niño en off:  Ignacio Melinc

Armadura y coronas: Facundo Necchi                                                     Fotografía: Studio Fotín

Prensa y comunicación: Más Prensa

    Me enamoré de William Shakespeare allá por 1984, promediando mis estudios secundarios en el Liceo Víctor Mercante de la Universidad Nacional de La Plata, y desde aquella vez en que leí justamente Macbeth, nunca pude dejar de leer todas y cada una de las obras de Shakespeare y de ver en teatro las distintas versiones que se han hecho de ellas.

    Imposible ver todas, son decenas de miles. Algunas apegadas al texto original, otras muy modernas. Algunas de 4 horas de duración y otras simplificadas en sólo 60 minutos.

    Este año se celebra el 450 aniversario de su nacimiento con infinidad de actividades en el mundo entero.


    Pero vayamos a la obra en cuestión. Esperando en la fila para ingresar en la sala 3 del Cultural San Martín, como se lo llama coloquialmente, ya aparecían cubiertas de negro, las brujas a hablar entre ellas y con el público, por lo que la obra y la emoción empezaban, de sorpresa, antes de ingresar a la humilde sala.

    Las brujas han influido, sin duda, sobre los monarcas europeos como otro tipo de magos y adivinos a lo largo de la historia, reflejadas en muchas obras de Shakespeare y de otros autores. En esta obra su rol es fundamental, ya que llevan al protagonista a arrebatar el poder a través de horrorosos homicidios y actos desesperados que terminan en una casi inevitable demencia absoluta colmada de culpas y remordimientos.

    El papel central de estos seres, que a veces se transforman en tangueras que nos cantan lo que va a suceder, es sin dudas protagonista de la obra, tanto como la pareja de tiranos (ambos roles interpretados por mujeres).

    Gabriela Toscano es Macbeth y Vanesa González es Lady Macbeth la pareja que, por una desmedida ambición, comete crímenes horrorosos para irrumpir en el trono escocés y luego sus remordimientos los debilitan a tal punto que son vencidos por los legítimos herederos del reino, también interpretados, en algunos casos, por mujeres.

    Y aquí me detengo. Es tan impresionante la puesta, tan atrapante los textos literales de la obra de Shakespeare mezclados con los del Director que me sentí atrapada y conmovida y no importa qué sexo haya tenido el actor o actriz, sino cómo interpretó el rol que le tocó en esta historia que tanto conozco.

    Emoción, intriga, tragedia, humor, música, excelentes actuaciones e impecable dirección hicieron que esta versión trasformara mi día en maravilloso. Me sentí plena al salir del teatro, colmada de arte y excelencia. Feliz.

    ¿Qué más pedir al ver una ficción?

    Lamentablemente hoy también veo ambiciones desmedidas, delitos para acceder al poder, impunidades, tal vez, pseudo adivinos que asesoran a poderosos.

    Pero el arte todo lo colma en mí.

    Espero para volver a escribir a la próxima obra, o programa que me conmueva.  Lo hago muy tranquila, porque las brujas no existen… pero que las hay…

    LAS HAY!

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