martes, 23 de diciembre de 2014

Turismo y medio ambiente: Parque Nacional Nahuel Huapi, en Neuquén y Río Negro


Turismo y medio ambiente

Parque Nacional Nahuel Huapi, en Neuquén y Río Negro

Por Nancy Roldán

    La historia de la conservación de la naturaleza está ligada  a los estudios de la biodiversidad. En este sentido los agrupamientos tribales aportaron –y lo siguen haciendo- conocimientos sobre el uso correcto de muchas especies;  y los viajeros que recorrieron el territorio durante los S.XVIII y XIX brindaron detalles de los paisajes originarios, visiones fundamentales para entender el punto de partida histórico de los ambientes antropizados actuales. 

    Fue el célebre naturalista y geógrafo alemán Alexander Von Humbolt (1769-1859) el primero en sentar las bases de protección de la naturaleza de manera integral, y junto a Aimé Bonpland, naturalista, médico y botánico francés, quienes iniciaron un viaje por América sin llegar a territorio pertenecientes en aquel momento al Virreinato del Río de  la Plata (1799). Bonpland años más tarde desembarcaría en Buenos Aires (1817) donde se desempeñaría como médico y se enfocaría en el estudio de la yerba mate (Ilex paraguariensis). Pionero de la conservación, Guillermo Hudson es quien fija por primera vez la postura de la conservación en Argentina. Nacido en 1841, en la estancia “Los Veinticinco”, actual Florencio Varela, consideraba que la extinción  no solo estaba vinculada a la Selección Natural (Helena Curtis la define como el Proceso de interacción entre los organismos y su ambiente que da como resultado una tasa de reproducción diferencial de los diferentes genotipos presentes en la población generando Evolución) como lo explicaba Charles Darwin, sino que además  las acciones adoptadas por los seres humanos pueden causar la extinción de las especies, o de aumentar la tasa  natural con la que ésta ocurre. Por aquellos años se consideraba que los recursos naturales eran infinitos y, por lo tanto no había que conservar, todo se podía hacer sin ningún tipo de restricción. Es en ese momento donde comienza la extracción masiva y desmedida de los recursos naturales, cuyas consecuencias no eran percibidas a causa de su abundancia. Eduardo Ladislao Holmberg, quien fue el primer director del Zoológico de Buenos Aires y fundador de la revista dedicada a las ciencias naturales “El Naturalista Argentino” (1878), dedicó parte de su vida a la enseñanza siendo el primer profesor de Historia Natural (BIOLOGÍA) en la Argentina y sus compendios de flora y fauna constituyen una importante obra de referencia. Sus listados de flora y fauna muestran un naturalista completo que advierte procesos de enrarecimiento de algunas especies y utiliza el Censo para difundir los primeros inventarios de biodiversidad.

    En 1902 el arquitecto y paisajista Francés Carlos Thays, uno de los primeros en ocuparse de la conservación, recomendaba la creación de un parque nacional en las Cataratas del Iguazú, mediante un artículo publicado en la revista “Caras y Caretas”, iniciando en ese momento el relevamiento del mismo, estudio que demoró varios años por la falta de accesibilidad al lugar que únicamente era por vía fluvial.

    En el caso puntual del Parque en cuestión, el Perito Dr. Francisco P. Moreno mediante una Carta Cesión al Ministro de Agricultura, Wenseslao Escalante el 6 de Noviembre de 1903, anuncia “la conveniencia de que la Nación conservara la propiedad (…) de 7500 has como parque público natural”. El perito deja asentado: “Al hacer esta donación emito el deseo de que la fisonomía actual del perímetro que abarca no sea alterada y que no se hagan más obras que aquellas que faciliten comodidades para la vida del visitante culto…”. Cabe recordar que estas tierras habían sido donadas por el Estado Argentino en agradecimiento por su gestión como perito respecto de la divisoria de límites con Chile. Esta donación fue aceptada por Decreto Presidencial el 1° de Febrero de 1904. Dicho decreto dice: “Acéptese la donación del Doctor Moreno y resérvese como Parque Nacional la zona indicada, sin que en ella pueda hacerse concesión alguna a particulares”. La Nación en aquel momento no contaba con un organismo que se encargara de esta gestión, por lo tanto el trámite no fue simple y hubo que esperar tres décadas para que la célula donada (Puerto Blest) más otras hectáreas sumadas por la Nación, se creara  legalmente el Parque Nacional Nahuel Huapi, (de ahora en más denominado P.N. Nahuel Huapi).

    El área donada por el Perito ubicada en el extremo Oeste del Brazo Blest del Lago Nahuel Huapi, se convirtió en el núcleo del primer Parque Nacional de Argentina, declarado en 1922 como “Parque Nacional del Sud”. En 1934 el Congreso de la Nación sancionó la Ley de la creación del P.N. Nahuel Huapi adicionando un territorio mayor. De esta manera Argentina se convierte en el primer país de América del Sur en crear esta figura, y el tercero en el continente, luego de E.U.A (P.N. Yellowstone) y Canadá (P.N. Banff) sentando un precedente legal.

    La creación del P.N. Nahuel Huapi tiene como objetivos principales la conservación de los ecosistemas andinos nor-patagónicos, de las altas cuencas hidrológicas y sitios arqueológicos, la promoción de la investigación, el ofrecimiento de facilidades para la educación ambiental y la recreación en contacto con el entorno natural. El P.N. Nahuel Huapi juntamente con el P.N. Los Arrayanes, ubicado en la península de Quetrihue (Neuquén) constituyen una unidad administrativa de conservación. Ocupa una superficie de 717.261 hectáreas, de las cuales 56.000 corresponden al Lago homónimo. Limita hacia el Oeste con la Cordillera de los Andes siguiendo el límite entre Argentina y Chile; hacia el Este sigue hasta los ríos Ñirihuau, Villegas y Limay; al Sur hasta el rio Manso Inferior y al Norte su dependencia finaliza en el P.N. Lanín. Dentro de la jurisdicción del parque quedaron ubicadas las ciudades de San Carlos de Bariloche, Dina Huapi, Villa La Angostura (Neuquén), Villa Traful y Villa Mascardi.

    El clima es templado frío, con marcada estacionalidad, inviernos húmedos con frecuentes nevadas y temperaturas medias de entre 2° y 4° C. Estación estival seca con temperaturas promedios que oscilan entre los 14° y 16° C. Las precipitaciones que provienen del Océano Pacífico son descargadas rumbo Oeste-Este generando un gradiente que van desde los 4000 mm anuales en Puerto Blest hasta los 600 mm anuales en la zona esteparia generando tres ambientes: alto-andino, bosque valdiviano y estepa patagónica.

    Su flora autóctona está representada por los Alerces, Arrayán, Ciprés, Coihue, Aljabas, Llau-Llau, Amancay, Notro, etc.

    La avi-fauna está compuesta por el Huillin o Lobito del Rio, especie que representa el P.N. Nahuel Huapi, el Huemul, Pudú: aclaración particular de esta especie por su estatus de conservación: amenazada, en peligro crítico por la destrucción de su hábitat natural para el pastoreo y la introducción de exóticas que compiten en el mismo nicho. Además los perros domésticos ejercen un efecto sumamente negativo para las poblaciones de este cérvido, cobrando anualmente muchas víctimas.

    El problema más relevante es la presión ejercida por especies exóticas introducidas, no sólo la flora, sino también la fauna, que se ha iniciado hace varias décadas con el asentamiento de pobladores en territorios que actualmente pertenecen al P.N. Es el caso de la introducción del ciervo colorado, ciervo Dama, jabalí, liebre europea, visón, faisán plateado, codorniz de California, y cuatro especies de salmónidos. Los cérvidos nativos además sufren la amenaza de la caza furtiva, la competencia y las enfermedades particularmente parasitosis, brucelosis y aftosa. Otro de los inconvenientes es la forestación con especies arbóreas destinadas a la producción de madera de uso comercial.

 
 Isla Centinela donde descansan los restos del Perito Moreno (Brazo Blest, Lago Nahuel Huapi)

 
C° Tronador 3554 m.s.n.m. Lago Frías, Divisoria de aguas entre Argentina y Chile

 
Ejemplar de Pudu Pudu

 
Arrayán (Luma apiculata)

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