Sociedad
El valor de la confianza
Por Julia
Volonté
A propósito de esa idea generalizada de que a
los jóvenes no les interesa nada y viven despreocupados de la vida. El corto La
Luna me generó estas reflexiones.
Los adultos en general pretendemos que los
menores actúen como nosotros lo hacemos y creemos que imponiéndoles nuestras
maneras ellos van a hacer lo correcto. Los jóvenes como todas las personas
tienen sus formas y sus herramientas. Tienen sus respuestas que pueden no
coincidir con las nuestras, pero llegan a resultados a veces parecidos o
iguales a los que nosotros llegaríamos.
El eje de relaciones con los menores que
generan autonomía y no frustración es la confianza. La confianza implica la
seguridad en el otro, seguridad y ánimo que empieza por uno mismo. Cuando
desestimamos la capacidad de que un joven pueda realizar una tarea estamos
desconfiando de la posibilidad de que nosotros mismos podamos guiarlo a buen
puerto. Guiar es tener el ánimo de creer que es posible, que el otro puede
alcanzar un objetivo sin imponer nuestras formas y maneras.
Es así como los jóvenes alcanzan autonomía,
que es la posibilidad que en una situación parecida utilizará aquellas
herramientas que aprendió con nuestra compañía y guía para lograr una meta. Y
eso es aprender, poder obtener un conocimiento a través de la experiencia. Y
eso es enseñar, poder transmitir un conocimiento a través de sugerir caminos. O
a veces el simple hecho de acompañar hasta el pie de la escalera y dar la
palmada en la espalda para animar a que el joven la suba.
Todos deseamos juntar estrellas, pero cada
uno lo hace a su manera y ello no impide admirar con asombro la belleza de la Luna.
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