miércoles, 6 de agosto de 2014

Turismo: Qué hacer en Baires en sólo tres días


Turismo

Qué hacer en Baires en sólo tres días

Por María Julieta Escayola

Fotografías: María Julieta Escayola

 
Café Tortoni

 
“Me verás volar por la Ciudad de la Furia, donde nadie sabe de mí  y  yo soy parte de todos”

Gustavo Cerati

    Ya sabemos que Buenos Aires es inacabable. Siempre que tomamos esos rumbos encontramos infinidad de motivaciones para quedarnos o volver. Sabemos que es una ciudad inspiradora en todos los sentidos y una especie de pulpo en el que se concentran y re-concentran infinidad de propuestas. Sabemos también que es allí donde Dios atiende. Por todo eso y más se pueden planificar diversos productos turísticos. Uno de los más importantes es el turismo cultural en pleno microcentro y en el punto neurálgico de la movida. En unas pocas cuadras a la redonda caminamos y encontramos de todo.  Sobre todo lo recomendamos a la hora de armar una de esas escapaditas de fin de semana largo que tan bien reconfortan al espíritu y abren la cabeza.

El avión es una buena opción para aprovechar todas las horas lo más posible además de dar tiempo al descanso. Es recomendable salir temprano el primer día del feriado largo. Si bien hace un tiempo la tendencia son los hostels, también siguen vigentes los hoteles de Avenida de Mayo a mano de todo, o también por calle Florida y sus laterales y por qué no sobre la mismísima Obelisco (Corrientes y Avenida 9 de julio).  En estas ubicaciones encontramos una infinidad de alojamientos, prácticamente uno al lado del otro de todos tamaños, precios y comodidades.

Es a partir de ese momento, una vez instalados en el hotel, que salimos hacia la calle y volvemos MUY tarde. Porque Buenos Aires nos obliga a ver recovecos, mitos, pasado, historia, geografía, buscar, hurgar, descubrir.

En el barrio de San Nicolás, la Casa de San Juan es uno de esos sitios para recorrer en la calle Sarmiento 1251. Comprada por Domingo Faustino Sarmiento para vivir con su familia, fue su única propiedad formal. Allí se había instalado el taller de su nieta, artista plástica destacada. El Estado Nacional la compró en 1947 y la declaró Monumento Histórico Nacional hasta que en 1980 el Ministerio de Bienestar Social transfirió el dominio al Estado de la provincia de San Juan que desde 1984 la utiliza como Casa de San Juan en Buenos Aires. Su fachada contiene ornamentos italianizantes y es la típica casa chorizo en torno a tres patios. Tiene aljibe y conserva un retoño de la higuera de la casa natal del prócer.



Enfrente, en calle Sarmiento 1272, nos topamos con la Casa de la Empleada fundada por el Monseñor De Andrea en 1932.  El terreno fue transferido por la Unión Popular Católica Argentina y construida por los arquitectos Gallardo y Cuomo. Su finalidad era albergar una mutual de empleadas con espacios para la asistencia y una residencia para las religiosas a cargo de la capilla en el subsuelo. Es interesante destacar que el 5 de julio de 1935 tuvo lugar la primera manifestación pública del Día de la Empleada. Allí se concentraron en la sede, recorrieron Talcahuano y Avenida de Mayo hasta la Plaza del Congreso. Dicha manifestación conjugaba una celebración feminista- política- gremial y religiosa. Hoy se siguen realizando todo tipo de capacitaciones. 

Y ya que estamos, nos dirigimos a Sarmiento 1334 (la otra cuadra nomás) en donde el Club del Progreso implica un lugar ineludible a la hora del paseo cultural. Con una impronta de aquellas, cuenta con biblioteca, restaurante, la posibilidad de hacerse socio del Círculo Cultural y varias actividades más, entre las que podemos mencionar ciclos de cine, cursos de Historia de las Ideas u óperas. Uno de sus miembros actuales es la reconocida periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, redactora del periódico mensual La Gazeta del Progreso.


Caminando un poquito más, en Mitre al 1300 nos encontramos con el pasaje Rivarola. En una sola callecita construida con estilo neoclásico francés por la firma Petersen, Thiele y Cruz hacia los años ’20 es una auténtica joyita. Ha sido enteramente planificada en espejo, de tal manera que la misma puerta que uno ve del lado izquierdo está del lado derecho. Pintoresco y parisino, el pasaje tiene ese que se yo.

Unione e Benevolenza es actualmente la Asociación Italiana de Mutualidad e Instrucción. Situada en la calle Perón 1362 fue fundada por inmigrantes el 17 de julio de 1858 con el objetivo de aunar voluntades para la colectividad italiana, socorrerla, educarla y cooperar conjuntamente. Allí hubo una escuela primaria, una reconstrucción de manos de los socios Francesco Taiana y Aquiles Maverof con un estilo bien ecléctico y un reconocimiento posterior de la Comunidad Europea.

Para concluir el trekking urbano, está bueno tomar una visita guiada nocturna al Palacio Barolo, gemelo del mítico Palacio Salvo de Montevideo, sólo que este parece ser el gemelo tapado, y que es cuestión solamente de destapar. Su nombre se debe al productor agropecuario Luis Barolo quien encargó esta imponente construcción al arquitecto Mario Palanti. El Palacio Barolo tiene una arquitectura sólida y hermosa inspirada en la Divina Comedia del Dante. En todo momento hay alusiones a la obra literaria (planteado con una planta baja que representa al infierno, pisos del purgatorio y un cielo al que es muy difícil llegar) a la vez que contiene intensa simbología. El Barolo está a un paso de nuestra vista, sobre Avenida de Mayo 1370. Uno camina por allí y no se da cuenta del valor que significa pasear por sus oficinas. En lo alto, el faro que ilumina la ciudad de Buenos Aires atrapa y subyuga.

Una vez realizada la recorrida del Barolo, llegó la hora de ir a una pizzería (que no va a ser difícil encontrar) y pedir una buena porción de fainá. Las cuartetas siguen diciendo presente en la ciudad porteña.

Para finalizar el día, no se puede evitar el cafecito en el tradicional Tortoni, en Avenida de Mayo 825. Emblemático, pintores, escritores, periodistas y músicos han pasado por este lugar, entre los que podemos mencionar a Benito Quinquela Martín, la Agrupación de Gente de Artes y Letras, Jorge Luis Borges o Adolfo Bioy Casares.



Al otro día es altamente recomendable pasear por la calle Corrientes, sacarse fotos, recorrer las mil y una librerías con ofertas de otro universo o las casas de venta de películas originales con títulos para dejar la boca abierta a cualquier cinéfilo de ley. El Paseo La Plaza, la editorial Djaen (especializada en cine), el teatro San Martín y tantos  otros espacios nos invitan a un verdadero recorrido por todos los sentidos. El gato negro, en calle Corrientes 1669, es el rincón ideal para tomarse un café a mitad de mañana y ver la cantidad de productos y especias de colección que tiene en su interior.

Por supuesto que es cita impostergable pasar por un teatro. Además de verlo y sacarse fotos, hacer turismo cultural implica entrar y disfrutar de las obras que ya son una garantía en Buenos Aires. Y es que la ciudad de la furia está hecha de teatro.

El último día que nos queda del finde largo es ideal para caminar por la calle Florida y ver las tiendas de ropa que están en oferta y deleitarse con los edificios que se mantienen inalterables. Centinelas de un pasado repleto de historias y una ciudad que, si bien le da la espalda al puerto, alberga relatos en su interior que sólo el turista inquieto puede descubrir. Y decimos turista y no viajero, ya que éste último es la nueva moda, la tendencia, pero el turista… ese siempre estará. Buscando anécdotas, buses, tours y guías que lo ayuden a su recorrida. 

Ya es hora de entrar a las Galerías Pacífico con salidas por calles Florida, Córdoba, San Martín y Viamonte. Declarado Monumento Histórico Nacional por su arquitectura y sus murales, tiene visitas guiadas y es una suerte de shopping- galería de arte que invita al convite y a elegir la variedad que ofrece el patio de comidas. Dentro de él, el Centro Cultural Borges siempre nos está esperando con una muestra para desasnarnos con las artes plásticas.

Es hora de partir. Hay que llamar un taxi para no perder el vuelo que nos lleve a nuestro origen. Pero nos vamos con la firme convicción que entre Buenos Aires y nosotros hay un pacto secreto (obviamente no revelable) que en algún momento y cuando la oportunidad disponga, nos volveremos a encontrar.

1 comentario:

  1. Muy bueno el post. Yo agregaría el segundo día en la tarde: Recoleta, y si nos quedáramos un día más: el Tigre. Besos. Paula

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